miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA INMIGRACIÓN

El tema de la inmigración, ¿supone alguna dificultad en la salud mental?.
Supongo que todo depende de las personas, como siempre. Pero creo que sería interesante plantearnos en qué puede afectar mentalmente y por qué procesos debe pasar una persona cuando se traslada de un país a otro, o de una localidad a otra en el mismo país, o incluso de un barrio a otro. En definitiva, qué supone para una persona dejar su lugar habitual para ser un extraño en otro sitio.

Según un artículo que he encontrado*, el proceso de adaptación de un inmigrante pasa por el duelo, entendiendo que ha perdido elementos muy significativos de su antigua vida (amigos cercanos, familiares, identidad en aquel lugar, estatus). Es un extraño en un lugar donde antes no lo era, y adaptarse puede ser más o menos difícil. También depende de la respuesta del nuevo entorno, claro. Hay que tener en cuenta la receptividad de la sociedad del nuevo lugar, la edad del inmigrante y la propia personalidad del individuo.

La salud de la persona inmigrante se puede ver afectada por el trastorno por estrés postraumático (si el cambio supone un trauma y presenta los síntomas propios de hiperactivación como alteraciones del sueño, irritabilidad,dificultad para concentrarse, hipervigilancia o sobresaltos). También esquizofrenia y paranoia (si su cultura, color de piel, costumbres, "raza"... son muy diferentes y se sienten amenazados; o somatización (malestar psicológico en forma de síntomas somáticos, respuesta a una sociedad que les rechaza, normalmente). Otro trastorno puede ser la ansiedad y la depresión (ligadas a los procesos de adaptación y las dificultades ambientales ligadas a la emigración). Por último, se pueden dar enfermedades ligadas a la cultura, que suponen malos diagnósticos por parte de los médicos (por ejemplo el "ataque de nervios" Español).



En la sociedad del siglo XXI, considero que es importante tener todo esto en cuenta, ya que la inmigración constituye un fenómeno de los principales de la época y puede ser vivido como un problema o como una gran oportunidad. Para aprovecharlo, es necesario desarrollar la sensibilización en temas culturales y de comprensión empática hacia las personas que pasan por este proceso.

*http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/2/2v118n05a13025849pdf001.pdf

DUELO

En este blog no tengo intención de tratar sobre los trastornos mentales más comunes y típicos, aunque me parezcan importantes, sino hablar de circunstancias que a todos nos afectan y comprendemos, que suponen cierta disminución en nuestra salud, y profundizar en ellas.

El duelo me parece una de estas circunstancias, con la que nos encontramos personalmente de forma directa o indirecta a lo largo de nuestra vida. ¿Qué sabemos sobre el duelo? ¿Cómo se pasa este proceso? ¿Qué podemos hacer para acompañar a alguien a través del duelo?

Aunque el término duelo se refiera al estado de aflicción relacionado a la perdida de algún ser querido, podemos aplicarlo a los procesos psicológicos y psicosociales que se dan ante cualquier pérdida. Estos procesos suelen originar reacciones desadaptativas.

Ya que es un proceso que a lo largo de nuestras vidas no podemos evitar, quiero profundizar en cierta información que me parece interesante que todos sepamos.

Las fases en el duelo son: el shock (aturdimiento, no aceptación, cólera), el anhelo y búsqueda (periodo de añoranza e inquietud), la desorganización y desesperanza (la realidad empieza a establecerse) y la reorganización (remite el dolor y la persona puede reincorporarse a la vida).

Es clave saber que la duración e intensidad de este proceso es muy distinta para cada persona, aunque se sueñe decir que dura entre seis meses y un año. Normalmente el duelo se resuelve y se vuelve a un estado de relativo bienestar. Si la muerte se produce de golpe, el shock puede durar mucho tiempo, u otros factores personales que hacen de todo el proceso algo muy personal y nada generalizable.

Hay muchas variables que pueden hacer del duelo algo más complicado, como las antropológicas (muerte contra la secuencia natural de la vida, joven), relacionadas con circunstancias específicas (no poder despedirse, no existir o encontrar el cuerpo, como se recibe la noticia), psicosociales (vida precaria, aislamiento) e intrapersonales (referente a la personal de la persona, dependencia con el fallecido, por ejemplo).


Algo que me parece importantísimo desde mi interés por el acompañamiento social,creo es saber qué rol debemos jugar y cual es la mejor manera de ayudar al otro cuando pasa por un duelo.

Es muy probable que en esta situación nos sintamos incómodos, pero hay cosas que están indicadas como recomendables y otras que no.

No es conveniente utilizar las clásicas frases hechas, como “tienes que olvidar”, “el tiempo lo cura”, “es ley de vida”, etc. No es necesario que se sobreponga aun, y es mejor estar callado si no sabes que decir, colaborar y estar ahí para ayudar. Buscar justificación, animarle forzosamente, quitarle importancia, pensar en ventajas, o actitudes de este estilo tampoco ayudan. Es mejor evitarlas.
Lo que si nos viene bien saber es que dejar que se desahoguen sí que facilita el acompañamiento, para que pueda sentir y expresar el dolor, dejarle llorar, hablar sobre emociones, ante todo naturalidad. Aunque a veces se crea que es negativo, permitirle que hable de la pérdida es beneficioso, puedes compartir la experiencia y dejar que hable todo lo que necesite, teniendo en cuenta que a veces las personas prefieren vivirlo en privado también.
Por último, mantener el contacto es clave, en momentos particularmente dolorosos, para que la persona se sienta realmente acompañada. Con visitas, paseos, salir un rato o una llamada.


Bueno, espero que ahora ya sepamos un poco más acerca del proceso del duelo.

lunes, 19 de noviembre de 2012


LA CRISIS ACTUAL Y LA SALUD MENTAL

A partir del siguiente video recogido en Actualidad RT, veremos la situación en la que se encuentran algunas personas con problemas de salud mental a causa de la crisis económica en la que España se encuentra.


Para empezar, la realidad económica de nuestro país es difícil, con la crisis se estima que más once millones de personas se encuentran con el riesgo de exclusión social, y hay más de seis millones de personas en el paro.
El desempleo ya de normal, pero empeorado por esta situación, afecta a la autoestima de las personas, a su valoración propia, lo que hace que sea una causa importante de ansiedad y depresión.
Por estas razones se necesita más que nunca una asistencia a las personas más vulnerables ya que una situación estresante les puede fomentar una patología o enfermedad mental. En el contexto en el que se encuentran existe el riesgo de caer en el olvido, de ser estigmatizados y excluidos por la sociedad.
Con las asociaciones las personas con problemas de salud mental tienen un apoyo con personas en las mismas o parecidas condiciones. Ahora estas sufren la amenaza de cierra ya que ya no son subvencionadas por la administración o las cajas de ahorros, si no por la autofinanciación de ellos mismos, es decir, pagan su bienestar.
La diferencia que una de las participantes de esta asociación misma comenta en que existan o no existan este tipo de asociaciones está entre “empezar a sanar o convertirse en una máquina de tragar pastillas”.
Por último, lo que nos deja dicho este video, es que los recortes que se están dando dejan a estas personas al margen de una sociedad en la que quieren contar.


Podríamos decir que este problema actualmente en España es grave para toda la sociedad, pero sin olvidar que para el sector de salud mental lo es más, como para cualquiera que se encuentre en situación de exclusión social.
Las asociaciones son fundamentales en su trabajo para la prevención y asistencia, la formación e investigación; o/y el debate y las publicaciones  con el objetivo de desarrollar y promover actividades en el campo de salud mental.
Por poner un ejemplo, el de la “Fundació Nou Barris”, que consta con el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil, el Programa de Soporte y Asistencia a las Residencias de la DGAIA, el Programa de Trastornos Mentales Graves y el Programa Salud y Escuela.
Esta fundación, como otras del mismo ámbito, supone un pilar básico para los individuos, las familias, las escuelas, etc. de apoyo y soporte continuo, por lo que no se debería, sea cual sea la situación económica, quitarles prioridad y dejar que toda la gente que de ella se beneficia cubriendo sus necesidades queden excluidas y sin recursos.



INTRODUCCIÓN

En este blog pretendo exponer ejemplos de los problemas de salud mental propios de la actualidad, siglo XXI. La sociedad y la realidad actual presentan características concretas, y dentro de estas, una salud mental específica.

No se aún qué sacaré de esta búsqueda, pero tengo bastante curiosidad sobre el tema y espero poder transmitir cuestiones interesantes y poder compartirlas y debatirlas! La sociedad que nos rodea y a la cual pertenecemos presenta realidades diversas, que si queremos, podemos observar con detenimiento y ser mas conscientes de ellas. 
:)